'Luca' es la historia de dos jóvenes monstruos marinos que sueñan conocer el mundo. Luca Paguro, de unos 13 años, es un muchachito curioso pero tímido que vive con su familia — padres y abuela — en un poblado submarino. Su creciente interés por el mundo humano contrasta con los temores que buscan inculcarle sus padres, bienintencionados y cariñosos, pero sobreprotectores.
Por azar, un día conoce al intrépido Alberto Scorfano, que hace tiempo vive en la tierra y anima a Luca a ser más atrevido, aprovechando que cuando están en la superficie, pueden cambiar sus escamas y aletas por un aspecto humano. Los dos, fascinados por lo que ofrece el mundo que no conocen —incluyendo una motoneta Vespa — deciden fugarse al poblado de Portorosso, soñando con ver mundo. Es así que se unen a la formidable Giulia Marcovaldo, una chiquilla vivaz e inteligente, hija del pescadero local, que los recluta para competir en la copa anual, un triatlón donde se nada en el mar, se monta en bicicleta y además, se come pasta.
En 'Luca', la magia narrativa está en los pequeños detalles que dan forma al mundo humano. El entorno submarino es precioso, sin duda, pero la ciudad costera de Portorosso a mediados de los años 60, es lo que realmente brilla. A través de los ojos de Luca y Alberto, tiene sentido que el entorno humano deba aumentarse con tanto detalle —ropa colgada, los afiches de películas de Fellini, el bote llamado 'Gelsomina', los colores de las casas — ayudan a crear una entrañable extrapolación del mundo real.
Siguiendo las pautas y paletas de color de Miyazaki (a quien también claramente homenajea) la película es un poco más cálida, un poco más brillante que lo presentado recientemente por Pixar; esta estilización refuerza la noción de un emotivo y glorioso recuerdo de infancia.
Por otra parte, cada personaje tiene un diseño muy distinto al estilo habitual de Pixar. Con expresiones y movimientos exagerados, todos los personajes (no solo los niños) tienen un físico muy deliberado, casi como ilustraciones en cómics europeos de esa época. Particularmente memorable es el padre de Giulia, Massimo, un hombre grande y estoico con un formidable bigote (y un gato llamado Maquiavelo que imita sus gestos) y una calidez extraña pero entrañable, que ampara a estos dos niños inadaptados.