A pesar de ser uno de los cánceres más frecuentes en nuestro medio, es también uno de los que más se puede beneficiar de la prevención, a través de estrategias de prevención primaria y secundaria.
Prevención primaria
Las medidas de prevención primaria son las que nos permiten evitar la aparición del cáncer de colon y recto y se resumen en:
- hacer una dieta rica en fruta y verdura,
- consumir poca carne roja y grasas saturadas,
- reducir la ingesta de alcohol,
- realizar ejercicio,
- controlar el peso,
- no fumar.
Prevención secundaria (o detección precoz o screening o cribado)
Son las medidas que nos permiten detectar la enfermedad en sus fases más tempranas, cuando todavía no hay síntomas y el éxito del tratamiento es elevado.
Existen distintas pruebas que de manera directa o indirecta nos permiten diagnosticar el cáncer o las lesiones que lo preceden. Las dos más utilizadas son:
- colonoscopia: prueba invasiva que consiste en ver el interior del intestino grueso.
- prueba de sangre oculta en heces: consiste en analizar una muestra de heces y determinar si hay sangre escondida en ella. En el caso que se encuentre sangre, se realizará una colonoscopia para acabar de confirmar o descarta la presencia de lesiones.