A 10 meses de haber desaparecido mientras realizaba un paseo en un Jetski en Roatán, una investigación realizada por parte de agentes de la Policía Nacional, da como resultado, que la joven Angie Peña no se ahogó en altamar, como se manejaba al principio, ni mucho menos, se escapó con nadie, lo cierto, es que la hondureña, habría sido vigilada, monitoreada, y perseguida por un grupo de traficantes de personas, en especial de mujeres y niñas que forman parte de una enorme red de trata de personas que opera en Islas de la Bahía desde hace ya varios años.
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Ya hay varios a quienes la Policía Nacional ha involucrado, tal es el caso del norteamericano Gary Lee Johnston de 63 años, quien fue capturado en flagrancia el pasado 29 de agosto, quien forma parte de al menos otras 15 personas involucradas de forma directa operando de diferentes maneras en este negocio de trata de personas, que a pesar de saberse esto, burlan exitosamente a la policía nacional ya los entes competentes.
Para poder lograr esto, estas personas han pagado sobornos y amenazas a miembros policiales de diferentes rangos, además de fiscales y jueces, quienes serían claves para acelerar en el caso y dar con el paradero de la víctima ya sea viva o muerta, según revelan algunos investigadores quienes conocen los expedientes investigativos.
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En dichos expedientes que han sido conocidos por más de veinte personas, se encuentran los lugares en donde Angie Peña pudo haber estado sometida desde su rapto, siendo uno de ellos el sótano de la casa de Gary Lee Johnston, ubicado en una casa de tres pisos ubicada en una zona privada en Roatán.
A continuación mostramos algunas personas de interés en este caso.
