Muchas veces al visitar un lugar turístico, buscamos un adorno o recuerdo para poder llevarnos en nuestros corazones un obsequio que nos haga recordar esa visita, pero desconocemos la historia que hay detrás de cada objeto que compramos el cual ni siquiera pagando el costo material, podemos pagarlo debido al valor más alto que tiene, el sentimental.
Eso mismo pasa cuando visitamos Ojojona en Francisco Morazán, y nos damos una cruzadita por “Souvenir Angie”, un lugar acogedor con un significado más grande y hermoso que los mismos obsequios que aquí se crean, pero, ¿Por qué se llama así?
En Ojojona existe un ángel de Dios, su nombre es Angie, quien con 22 años, es una chica emprendedora, pinta y realiza bisutería pero desafortunadamente, esta hermosa chica nació sorda, problema que no sólo le dificultó su vida diaria, si no en su vida académica, ya que aunque es una niña normal, en muchos colegios fue rechazada debido a su dificultad.
Leer también:Xatruch el sueño de dos jóvenes que ofrece la mejor gastronomía “Catracha” en Santa Lucia
“Anteriormente para discapacitados no había esa inclusión como la hay ahora, tuve muchos desafíos para buscar una escuela que la pudieran aceptar a Angie ya que en no querían aceptarla porque no se trabajaba con niños sordos, los maestros era bien difícil poderles enseñar, hay personas con discapacidad que tienen más capacidad que quienes tienen todos los sentidos completos, la discapacidad está en la mente”, contó Yessenia Andino, su madre y quien junto a su esposo han logrado crear este emprendimiento.
Para Yessenia y su hija Angie, todo ha sido un reto, ya que no aceptaban a su hija en ninguna escuela, hasta que una persona pudo apoyarla para que la joven pudiera ingresar a la escuela Federico Froebel.
“Aceptamos los sacrificios, viajábamos desde Ojojona todos los días en el primer bus para poderla llevar a la escuela a ella y que pudiera aprender ya que siempre hemos querido lo mejor para ella, mientras la esperábamos nos dedicábamos a hacer condimentos por ristra, hacíamos todo tipo, achiote, canela etc, porque me crecí viendo a mi madre trabajar eso, yo seguí con ese negocio y continue con el negocio, salía a vender a lugares y todo”.
Leer también:Ludovico, el abogado que ha conquistado el corazón de los hondureños con su pizza ganadora
Yessenia contó que la Cámara de Comercio fue un gran apoyo para ella durante varios años ya que se logró capacitar y se dio la oportunidad de inventar un producto artesanal, y así creo una bolsa de manta con un paisaje a mano, la cual luego fue pedida en grandes cantidades por varias personas.
“Llevamos la idea y les gusto mucho a los de la Cámara de Comercio y tuvimos una reunión con las personas de una microfinanciera cerca de la colonia Alameda y les gustó mucho, así nos pidieron hacer un trabajo de unos bolsos e hicimos unos bolsos para que ellos se los dieran a las personas de regalía, así nos dimos a conocer más”, contó.