El mundo de Barbie

Y esto parte desde una directora VALIENTE (Greta Gerwig), que no teme a retar las fórmulas, romper la cuarta pared, la narrativa tradicional y darle a gran parte del público, tal vez, todo lo que no esperan: Barbie no es una súper heroína y asistimos a su absoluta deconstrucción.

Y que fuese una sátira es una idea brillante, pensando en el público que atrae: su guion empieza en el mundo rosa de Barbie, de perfección, mostrando “lo bonito”, pero… (Es más, apenas inicia en la sala se escucha “yo tuve esa casa de Barbie”, “yo tenía ese carro", “yo tuve…"

Pero paulatinamente, al Barbie salir de su mundo, de esa fantasía de perfección, que contrasta con la humanidad misma, la sala también sale de esa fantasía: el silencio empieza a hacer parte de un rito donde el público ya se ha sumido en la reflexión (sin siquiera darse cuenta).

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