Pacientes renales del IHSS muriéndose y en el abandono

El desespero se apodera de los pacientes renales en Honduras, quienes se ven forzados a tomar medidas extremas para llamar la atención sobre su crítica situación. 

Una de las principales quejas de los pacientes es la falta de disponibilidad de las máquinas de hemodiálisis durante las horas necesarias.

 En lugar de las 3 a 4 horas de tratamiento recomendadas por los médicos, solo se les ofrece media hora, lo que agrava aún más su condición y aumenta la mortalidad entre los afectados.

La situación es aún más alarmante en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), donde la falta de insumos médicos ha llevado a retrasos en el servicio de hemodiálisis. 

Los pacientes temen descompensarse gravemente debido a la falta de tratamiento, y esta preocupación los llevó a iniciar protestas frente al IHSS para exigir una gestión adecuada de los insumos médicos semanas atrás.

Daniel Mairena, líder de los pacientes renales, acusó a las autoridades sanitarias de no dar prioridad a su situación crítica. 

Señaló que llevan 15 años utilizando maquinaria obsoleta y tratamientos desactualizados, mientras las autoridades no invierten en la mejora de la atención médica.

Mairena, denunció que el índice de mortalidad en pacientes renales está en aumento constante debido a la insuficiencia en la calidad de tratamiento y la falta de suministros médicos.

 "Ahorita tenemos 5,200 pacientes renales y esto va en crecimiento porque están entrando prácticamente tres pacientes diarios al centro de hemodiálisis de nuestro país", advirtió.

La situación de los pacientes renales en Honduras es una llamada de atención urgente para las autoridades de salud y el público en general.

Hasta el momento el ministro de salud, Manuel Matheu no ha dado una respuesta contundente sobre esta problemática que está llevando a muchos hondureños a la muerte al no contar con la atención oportuna, lo que muchos califican como una crueldad de parte del titular de esta secretaría del Estado.

El pasado 30 de agosto, un grupo de ciudadanos afectados se congregó frente al Hospital Mario Catarino Rivas en San Pedro Sula para alzar la voz contra la mala calidad de tratamiento y la escasez de medicamentos que amenaza sus vidas.

Portando pancartas que clamaban por atención médica adecuada, los pacientes bloquearon la carretera, interrumpiendo el paso vehicular en un intento desesperado de llamar la atención de las autoridades.

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