Luis Redondo: El maestro del ego en el Congreso Nacional

Otra vez nos encontramos frente a la figura del carismático Luis Redondo, el actual titular del Congreso Nacional. Y, por supuesto, debemos admitir que no podemos evitar asombrarnos ante su actitud prepotente y sus dotes de líder supremo en el circo político.

El psiquiatra de renombre, Javier Uclés, nos ha regalado un diagnóstico que podría rivalizar con las sagas de superhéroes.

 Según él, Redondo es ansioso, tenso, estresado, introvertido y, para colmo, incapaz de relacionarse adecuadamente con sus compañeros. ¡Menos mal que no está buscando amigos en el Congreso, sino el poder supremo!

Pero ¿qué sería de un político sin un ego desmedido? Redondo lleva su ego con orgullo y, según el Dr. Uclés, padece el misterioso "Síndrome de Hubris". Esta condición le otorga la capacidad sobrenatural de menospreciar a todos los que no sean él mismo. ¿Quién necesita empatía cuando puedes ser el centro del universo?

El poder, ese veneno que puede transformar a los más humildes en tiranos, también ha tocado la puerta de Redondo. Su inexperiencia solo aumenta su encanto, ya que se convierte en un auténtico abusador de poder, haciendo la vida imposible a sus subordinados y desafiando a sus superiores.

Pero la pieza de resistencia en esta tragicomedia es el video viral donde Redondo jala el micrófono de las manos de su relacionadora pública. Un acto que refleja su intolerancia hacia los demás y su soberbia en todo su esplendor. ¿Quién necesita modales cuando puedes ser un político de pura rudeza?

Pero eso no es todo, Según manifestó el Dr. Uclés en una entrevista para El Espectador Hn, Redondo también tiene una habilidad especial para convertir cualquier conversación en un campo de batalla. 

No importa si es con sus colegas diputados o sus subalternos, este señor parece estar en una misión para desafiar a todos a un duelo verbal. 

Si alguien puede dar una lección magistral sobre cómo no ganarse amigos ni influir en las personas, ¡ese es Redondo!

El poder. Esa droga que puede transformar a cualquier persona en un monstruo ególatra. Como advierte el doctor, puede ser peligroso si no se controla.

 Y, por supuesto, nuestro querido Redondo no está exento de esta transformación. La inexperiencia solo añade sabor a su receta, ya que se convierte en un abusador del poder con todos los que tienen la desgracia de cruzarse en su camino.

¿Este es realmente el tipo de persona que los hondureños quieren al mando del Congreso Nacional? 

O tal vez, solo tal vez, deberíamos comenzar a buscar representantes que encajen más en el papel de líderes empáticos y razonables.

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