En una sorprendente e ilegal sesión de la Comisión Permanente, el congresista Luis Redondo presentó una moción que ha dejado muchas interrogantes sobre la integridad del proceso de nombramiento de las nuevas autoridades del Ministerio Público.
Desde el 1 de noviembre, Joel Antonio Zelaya asumirá el cargo de Fiscal General, y Mario Alexis Morazán será el Fiscal Adjunto.
Sin embargo, estas designaciones levantan serias preocupaciones sobre la independencia y la imparcialidad de la justicia en nuestro país.
Este proceso de nombramiento ha estado rodeado de opacidad y falta de transparencia.
La ciudadanía merece saber más acerca de cómo se llegó a estas decisiones y si existieron influencias políticas en la elección de estos fiscales.
La designación de figuras clave en el Ministerio Público debería ser un ejemplo de imparcialidad y escrutinio público, pero lamentablemente, esta no parece ser la realidad en este caso.
La sociedad exige respuestas claras y una mayor rendición de cuentas en lo que respecta a estas designaciones.