Este llamado de atención no es solo para las autoridades de salud, sino para toda la sociedad hondureña.
Es un recordatorio de la importancia de garantizar el acceso equitativo a la atención médica para todos los ciudadanos, especialmente para aquellos que enfrentan condiciones médicas crónicas y debilitantes.
Los pacientes renales hondureños no están pidiendo nada más que lo que les pertenece por derecho propio: el acceso a un tratamiento médico digno y continuo.