La postura de la ministra Carla Paredes, al desentenderse de la responsabilidad sobre la salud de los pacientes que ejercen su derecho a la protesta, es inaceptable. Los pacientes renales tienen el derecho fundamental a recibir atención médica adecuada y a expresar sus preocupaciones sin temor a represalias o desatención por parte de las autoridades.
Es extremadamente preocupante que los pacientes renales, quienes ya enfrentan grandes desafíos en su salud diaria, se vean obligados a manifestarse para obtener la atención y los recursos necesarios para su tratamiento.
Por su parte, Diálisis de Honduras sigue trabajando incansablemente para garantizar que los pacientes reciban el tratamiento que merecen y que se sientan apoyados y atendidos durante todo el proceso.
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