En un giro preocupante para la industria del transporte y la economía local, varias empresas de transporte en San Pedro Sula han anunciado el cierre de sus operaciones debido a la insostenible presión de la extorsión por parte de bandas de crimen organizado. Este fenómeno, conocido localmente como el "impuesto de guerra", ha hecho imposible para los operadores mantenerse financieramente viables, resultando en un aumento del desempleo en la región.
La empresa de transporte COTUC es la más reciente en cesar actividades, sumándose a una lista creciente de negocios que han tenido que cerrar sus puertas en respuesta a las demandas económicas impuestas por grupos criminales. Esta situación no solo afecta a los propietarios de las empresas, sino también a numerosas familias que dependían directamente de estos empleos para su sustento diario.
Dirigentes del sector transporte han expresado su profunda preocupación y frustración, señalando que la clausura de estas empresas es un golpe duro para la economía local y para la estabilidad de cientos de hogares en la zona norte del país.
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