Fuertes lluvias azotaron el estado de Connecticut, Estados Unidos (EEUU) el domingo, provocando inundaciones devastadoras que resultaron en la muerte de dos personas y evacuaciones generalizadas. En Oxford, un pequeño pueblo a 15 millas al noroeste de New Haven, las autoridades encontraron los cuerpos de dos personas, según confirmó el jefe de bomberos Scott Pelletier el lunes. Inicialmente, se había reportado una persona desaparecida en la misma localidad, aunque sigue sin confirmarse si este individuo es uno de los fallecidos.
La situación en Oxford fue particularmente dramática. Jeremy Rodorigo, director de gestión de emergencias, informó a CNN sobre una operación de rescate en el restaurante Brookside Inn, donde 18 personas fueron evacuadas de manera segura gracias a un camión con escalera, ya que el lugar había quedado rodeado por las aguas. Además, los socorristas lograron salvar a una mujer mayor y a su perro de un apartamento cercano que también se encontraba en riesgo.
El gobernador de Connecticut, Ned Lamont, declaró que más de 100 residentes fueron evacuados debido a las condiciones peligrosas provocadas por las inundaciones. “Seguiremos ayudando a las ciudades con todos los recursos que necesiten para responder de inmediato y mantener a salvo al público”, aseguró Lamont.
Las lluvias del domingo han dejado a la comunidad de Oxford y a otras áreas afectadas en estado de shock, mientras los equipos de emergencia continúan trabajando para evaluar los daños y asistir a los damnificados. La tragedia ha subrayado la importancia de estar preparados para desastres naturales de esta magnitud, que en cuestión de horas pueden transformar el paisaje y las vidas de quienes los padecen.
A medida que las autoridades investigan la situación, los residentes de Connecticut enfrentan el arduo trabajo de recuperación y reconstrucción en medio de la incertidumbre. Las lluvias y las inundaciones han dejado una huella imborrable en la comunidad, que ahora debe unirse para superar este trágico evento.
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