Reacciones a favor y en contra de las declaraciones de la embajadora Laura Dogu

Las recientes declaraciones de la embajadora de Estados Unidos (EE.UU.) en Honduras, Laura Dogu, han desatado una serie de críticas y comentarios acalorados tras su preocupación por la reunión del secretario de Defensa, José Manuel Zelaya, con el venezolano Vladimir Padrino. Dogu cuestionó la coherencia de las políticas hondureñas en relación con el régimen de Maduro, desatando una serie de respuestas críticas desde diversos sectores políticos.

 

La diputada del Partido Nacional, Lissi Cano, no escatimó en sus críticas, acusando al Gobierno de ser cómplice del régimen de Maduro y de buscar asesoría para perpetrar fraude electoral. Cano tildó la situación de "torpe, predecible y mañoso", reflejando un descontento con la gestión de relaciones internacionales y políticas del país.

 

Por su parte, el precandidato presidencial del Partido Liberal, Jorge Cálix, cuestionó la doble moral del gobierno al criticar la narcodictadura local mientras se relaciona con narcotraficantes en Venezuela. Cálix rechazó las excusas sobre el "imperialismo yankee", señalando que tanto EE.UU. como el Departamento de Estado han señalado a figuras clave del gobierno hondureño y venezolano por vínculos con el narcotráfico.

 

El dirigente del Partido Nacional, Fernando Anduray, también expresó su desacuerdo, ridiculizando la excusa oficial de la visita como una mera justificación para aprender habilidades atléticas. Anduray consideró esta justificación como una falta de respeto y un intento de desviar la atención de las verdaderas implicaciones de la reunión.

 

Finalmente, el dirigente de la Juventud Nacionalista, Cristian Midence, enfatizó en que el problema de fondo es la reunión con personas acusadas de crímenes de lesa humanidad y narcotráfico. Midence acusó al gobierno de ignorar serias acusaciones y de participar en prácticas cuestionables, subrayando la necesidad de mayor transparencia y coherencia en la política exterior hondureña.

 

De igual manera, el oficialismo no se hizo tardar en sus reacciones. El canciller Enrique Reina comentó: "Es insoportable el irrespeto e injerencia de la embajadora Laura Dogu. Honduras acudió a una competencia de academias militares, insinuar o implicar como narcotraficantes y descalificar a nuestras autoridades es realmente una amenaza directa a nuestra independencia y soberanía. No guardemos silencio ante estas expresiones sin fundamento."

 

Asimismo, el ministro de Trabajo, Javier Fernández, también ofreció su opinión: "El pueblo pasó sorprendido más de una década al ver cómo el gobierno de su país sostenía la narcodictadura en Honduras, hasta que el pueblo la derrocó. Ejercemos la soberanía de establecer relaciones internacionales sobre defensa nacional en un mundo multipolar. Debe respetarse."

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