Esta medida refleja la difícil situación que enfrentan diariamente los conductores ante la creciente amenaza de la extorsión.
Por otro lado, el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, asegura que "vamos bien" en la lucha contra el crimen.
Sin embargo, muchos hondureños sienten que esta afirmación contrasta drásticamente con la realidad que viven, donde la presión de los grupos delictivos se vuelve insostenible.
Ante esta situación, los taxistas han expresado su frustración y temor, subrayando la necesidad urgente de una respuesta efectiva por parte de las autoridades. La crisis en el sector del transporte resalta los numerosos desafíos que enfrentan los trabajadores, quienes cada vez se sienten más desprotegidos.
Finalmente, con su decisión de retirar los taxis, los conductores buscan llamar la atención sobre la grave crisis de seguridad en Tegucigalpa.
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