Concentración del poder y dominio territorial en la región es como opera la banda criminal El Tren de Aragua

El Tren de Aragua, una de las organizaciones criminales más temidas y extendidas de América Latina, ha logrado expandir su influencia a través de una estructura flexible y adaptativa que le ha permitido consolidarse como una de las mayores amenazas en la región. Este grupo, originario de Venezuela, ha conseguido hacerse con el control de vastos territorios en diversos países, modificando su modus operandi para ajustarse a las realidades locales.

Según el investigador José Luis Pérez Guadalupe, del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, el Tren de Aragua ha perfeccionado un modelo criminal basado en la concentración del poder, el dominio territorial y la diversificación de actividades ilícitas. Este proceso de expansión se ha logrado mediante lo que se conoce como la estrategia "calle-cárcel-calle". En primer lugar, la organización se consolidó en las cárceles venezolanas, como la de Tocorón, y extendió su control a barrios como San Vicente en el país caribeño, antes de dar el salto a otras regiones de América Latina.

El investigador destaca que la clave de su éxito radica en la capacidad del Tren de Aragua para no depender de una estructura jerárquica rígida, sino más bien en su habilidad para incorporarse en bandas locales, incluso sin necesidad de vínculos directos con sus líderes. Esto ha permitido a la organización insertarse en el crimen local y replicar sus métodos sin que se note su presencia inmediata, adaptándose de manera eficaz al contexto local de cada país.

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