En un giro completamente inesperado, el ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien se encuentra cumpliendo una condena en una prisión estadounidense tras ser extraditado, aparece habilitado para ejercer su derecho al voto en las elecciones primarias e internas que se celebrarán este domingo 9 de marzo en Honduras. A pesar de estar sentenciado a permanecer encarcelado hasta el 19 de junio de 2060, el nombre de Hernández figura en el listado definitivo de electores del Consejo Nacional Electoral (CNE).
De acuerdo con la información divulgada por el CNE, el ex líder del Partido Nacional está registrado para votar en el municipio de Gracias, en el departamento de Lempiras, específicamente en el centro de votación Juan Lindo, ubicado en el Barrio El Rosario.
Para muchos, resulta incomprensible que un ciudadano acusado de delitos graves, y que además se encuentra bajo custodia de las autoridades estadounidenses, aún conserve el derecho de participar en las elecciones nacionales. "¿Cómo es posible que un reo, que ni siquiera está en el país, esté habilitado para votar?", cuestionan diversos sectores de la sociedad.
La controversia también plantea una pregunta fundamental sobre la fiabilidad del registro electoral en Honduras: ¿Cuántos otros reos, o incluso personas fallecidas, seguirán figurando en el listado de votantes? Este no es un incidente aislado, ya que no es la primera vez que surgen dudas sobre la exactitud de las bases de datos del CNE.
La situación no solo pone en entredicho la credibilidad del CNE, sino que también resalta las serias deficiencias en el sistema electoral hondureño, el cual continúa siendo objeto de críticas y controversias en medio de un proceso electoral clave para el futuro del país.
Con las elecciones primarias a la vuelta de la esquina, la ciudadanía exige una revisión exhaustiva, transparencia y correcciones en el registro electoral. Solo con medidas rápidas y efectivas se podrá garantizar que el sufragio de todos los hondureños sea legítimo y justo, restaurando la confianza en el sistema electoral y en las instituciones encargadas de velar por la democracia del país.