El Partido Libertad y Refundación (Libre) enfrenta una grave crisis interna tras las elecciones primarias, con múltiples denuncias de fraude y la salida de figuras clave de sus filas.
Los propios precandidatos de Libre han señalado irregularidades en las actas, acusando un fraude electoral que habría favorecido al movimiento M28. Entre las denuncias destacan la compra de voluntades, la manipulación de actas y la imposición de una candidata por parte del oficialismo, lo que ha generado un fuerte rechazo dentro del partido.
Uno de los casos más sonados es el del diputado Mauricio Rivera, quien recientemente anunció su salida de Libre, sumándose a otros líderes de movimientos internos que han decidido abandonar la agrupación. Analistas advierten que esta crisis responde a una estrategia de la cúpula del partido para asegurar el control, sin importar que muchos de los afectados han sido parte de Libre desde su fundación.
A esto se suma el voto de protesta dentro del partido: más de 90,000 votos en blanco y nulos han sido registrados en Libre, reflejando el descontento de los empleados públicos que, según denuncias, fueron obligados a respaldar a la candidata impuesta. Para muchos de ellos, anular su voto fue la única opción para no perder sus empleos.
El creciente descontento y las fracturas internas dejan a Libre en una posición de debilidad de cara a las elecciones generales. Con esta crisis, la contienda electoral podría quedar reducida a una disputa entre el Partido Nacional y el Partido Liberal, dejando a Libre en una situación incierta y tambaleante frente a sus propios errores.