Además, una de las paradas obligatorias es la mística Cueva de la Sirena, envuelta en leyendas locales y accesible únicamente cuando baja la marea. El muelle histórico de Amapala es el corazón del pueblo. Desde ahí, los visitantes pueden disfrutar del vuelo de gaviotas, observar a los pescadores en plena faena, o simplemente sentarse a contemplar el mar mientras cae la tarde. El ambiente es relajado, pintoresco y lleno de vida