Mediante una protesta en las instalaciones de la Agencia de Regulación Sanitaria (ARSA), empleados denunciaron públicamente a un funcionario por utilizar un vehículo oficial y gasolina de la institución, en medio de la tensión generada por el despido de su compañera Katherine Merlo.
La situación se volvió aún más tensa cuando el funcionario, al intentar calmar la protesta, declaró que “ya no habrán más despidos” y que “las personas que no tienen nada que ver con el caso pueden retirarse a sus casas”. Sin embargo, una de las trabajadoras lo confrontó directamente, señalando que mientras él decía eso, se movilizaba en los vehículos de la institución y usaba recursos públicos.
Los manifestantes consideran que se trata de un uso indebido de bienes del Estado, especialmente en un contexto en el que se despide personal por denunciar irregularidades. La presión por parte de los empleados continúa, exigiendo transparencia y respeto a los derechos laborales dentro de la institución.
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