Muchos han catalogado la decisión de Biden como la "peor" al retirar las tropas norteamericanas

La caída de Afganistán a manos de los talibanes se completó el pasado día 15 tras la toma de Kabul y la huida del presidente afgano, Ashraf Ghani, en secreto y sin una renuncia oficial, un movimiento que dejó al país defraudado.

El líder del partido Jamiat-e Islami de Afganistán, Salahuddin Rabbani, comparó la "humillante y vergonzosa huida de Ghani" con la retirada de Estados Unidos de Afganistán.

"Escabullirse en la oscuridad de la noche mientras traicionan a una nación es algo que presenciamos en la base de Bagram hace solo unas semanas", dijo Rabbani.

"Habría sido mucho menos costoso que (cuando EEUU abandonó Bagram) se le hubieran llevado también a él (Ghani)", subrayó.

El exvicepresidente afgano Amrullah Saleh aseguró por su parte que es "inútil" ahora discutir con Biden sobre Afganistán: "déjenle digerirlo", y pidió a los afganos que demuestren que "Afganistán no es Vietnam y que los talibanes no se parecen ni remotamente al Vietcong", por lo que llamó a unirse a la resistencia antitalibán.

Si bien la decisión de Ghani de huir con los talibanes asediando la capital ha sido también repudiada de manera casi unánime por los afganos, la exviceministra de la Mujer de su Administración Hosna Jalil apuntó hoy que probablemente queden cosas sin saber detrás de lo ocurrido.

En Afganistán "no hemos fallado militarmente, sino que fallamos políticamente. Antes de culpar a nuestras ANDSF (Fuerzas de Defensa y Seguridad de Afganistán), piénselo dos veces", defendió Jalil para justificar la derrota de un ejército de más de 300.000 hombres en cuestión de semanas.

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