La universidad, como centro de investigación y conocimiento académico y técnico-científico en múltiples disciplinas que es, presenta un caldo de cultivo perfecto para la creación de empresas con soluciones innovadoras a los problemas que enfrenta la humanidad en el siglo XXI (de la misma manera que la Universidad de Stanford ha sido el precursor de Silicon Valley a través de su cultura de innovación e infraestructura educativa) y eso implica que juega un papel fundamental en la creación de un ecosistema de emprendimiento a nivel nacional que permita el avance de las soluciones basadas en las ciencias naturales y exactas, así como el de las ingenierías que se derivan de estas en beneficio de la sociedad, y que a su vez no deje atrás a los negocios tradicionales que también ofrecen bienes y servicios de calidad y en su lugar les ayude a modernizar sus métodos.
En el caso de Honduras, lo anterior también se puede llegar a cumplir para centros de educación superior tanto públicos como privados, ya que instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (en el caso de las públicas) y la Universidad Tecnológica Centroamericana (para el homólogo en el sector privado) que cuentan respectivamente con un 41.5% y un 14.8% de la cuota de matrículas ofrecen una amplia gama de grados académicos en distintas disciplinas, lo cual representa los cimientos para un ecosistema universitario de innovación que permita a los estudiantes desplegar lo que aprenden en los salones de clases a la vida real, y mejor aún, al mercado.
Sin embargo, a pesar de que existe este gran abanico de grados académicos, con un diverso repertorio de carreras, y de que hay una fuerte inclinación hacia el área de ciencias jurídicas y administrativas, es necesaria una mayor inversión en áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemática (carreras de “STEM” por sus siglas en inglés), o utilizando las divisiones de carreras que utiliza el portal de la UNAH, podemos decir que es necesaria una mayor inversión en carreras de: Tecnologías de la Información y Comunicación, Ciencias Naturales, Matemática y Estadística, e Ingeniería, Industria y Construcción, ya que estas en conjunto apenas forman solo un 23.5% de la oferta académica.
Esto debido a que son áreas claves en la innovación, además de ser profesiones en alta demanda por parte de empresas y por ende estas carreras igualmente permiten a los estudiantes ayudar a otras empresas si no deciden innovar por sí mismos. Además, una mayor inversión en carreras del área de ciencias naturales, exactas e ingenierías permitiría que Honduras cuente con una fuerza laboral bien preparada y atractiva para que empresas líderes en innovación decidan invertir en el país, lo cual a su vez proporciona a los profesionales hondureños mejor experiencia laboral y técnica, y da aún mayor retroalimentación al ecosistema de innovación al insertar actores con dicha experiencia que pueden crear empresas relacionadas a su área de expertise o bien ayudar a otras a encontrar soluciones disruptivas y productos innovadores.