Hernández señaló que es muy sencillo considerar que para las decenas de narcos hondureños que enfrentan una condena en Estados Unidos -vale la pena repetir: algo que nunca se ha logrado bajo ningún Gobierno hondureño anterior-, su única esperanza es hacer tratos con los fiscales estadounidenses, y por esa razón dirán cualquier cosa. “Estamos presenciando un perjurio sistemático a gran escala, hay pruebas irrefutables que fueron generadas por una importante agencia del Gobierno estadounidense: existen grabaciones de los narcos, realizadas en secreto por la DEA”, dijo.
Añadió que fueron presentadas en los tribunales de los Estados Unidos esas pruebas que refutan y desenmascaran directamente los falsos testimonios realizados por los narcos, como testigos cooperantes en el tribunal federal estadounidense del Distrito Sur de Nueva York.
Ahondó diciendo que la DEA hizo grabaciones secretas en 2013 a los mismos narcos que hace muy poco dieron falso testimonio en la corte, de que en ese momento, en 2013, tenían un acuerdo (así lo dicen ahora) con el entonces candidato Juan Orlando Hernández.
Empero, diez días después de que Hernández fuera elegido presidente en 2013, los Cachiros se dieron cuenta de que se había acabado el juego y se reunieron con la DEA en Belice para decir que estaban listos para rendirse a los Estados Unidos.
“Curiosamente, estos narcos que huyeron son los mismos narcos que ahora cometen perjurio”, comentó el jefe del Poder Ejecutivo.