En las tres campañas presidenciales de la nueva presidenta de Honduras, Xiomara Castro, en reiteradas ocasiones diferentes miembros de LIBRE manifestaron su inconformidad con el accionar de las Fuerzas Armadas, originándose esta inconformidad en el 2009, tras el golpe de Estado.
Con la nueva administración presidencial de Xiomara Castro, muchas preguntas han salido a relucir: ¿Desaparecerá a las FFAA Xiomara Castro? ¿Hay inconformidad en las FFAA?, hace unas semanas atrás, trascendió la supuesta renuncia del Jefe del Estado Mayor Conjunto, Tito Livio Moreno, quien será sustituido por José Jorge Fortín Aguilar.
Ante tanta incertidumbre del futuro de las Fuerzas Armadas, desde El Espectador Hn, nos comunicamos con el analista político, Raúl Pineda Alvarado, con quien hacemos un amplio análisis de lo que ha atravesado la Institución militar del país, su futuro y el rol fundamental que juegan en acompañamiento a un gobierno democrático.
¿Cómo esta la credibilidad de las Fuerzas Armadas?
El prestigio de las Fuerzas Armas que era la segunda institución después de la Iglesia Católica en credibilidad se ha deteriorado mucho; lo que no pasaba antes era vincular a la institución con malos manejos administrativos, situación que hoy se comenta tanto en el interior como en el exterior de las FFAA.
¿Tienen los militares la confianza del pueblo hondureño?
Que los militares hayan aparecido en medios de televisión ponderando la labor del presidente, no fue bien visto por la mayor parte de la sociedad hondureña, porque los puso a nivel de quemadores de incienso ante el altar del mandatario, lo cual no habla bien de una institución que ha mantenido su propia personalidad y que se había ganado el respeto del hondureño.
¿Qué responsabilidad tienen las FFAA por el desprestigio que actualmente tienen?
La tentación de los políticos de manipular las Fuerzas Armadas va a ser permanente en Honduras y en todas partes del mundo. Corresponde a ellos mantenerse invulnerables a ese tipo de tentaciones o de presiones. En Honduras las Fuerzas Armadas se entregaron literalmente a los caprichos del presidente y se convirtieron en una especie de coreografía que bailaba alrededor de la personalidad del presidente Hernández y esto no es bueno ni para la institución ni para el país.