“Como entrevistador mi principal preocupación era evitar una entrevista suave y complaciente con quien es responsable de fraudes y muertes. No sería buen periodismo y no me lo perdonaría nunca”, indica Ramos en un capítulo entero que dedica a hablar de cómo inició la entrevista. Allí relata que esta pregunta la llevaba preparada y que decidió hacerla después de largas conversaciones con el presidente de noticias de Univisión, Daniel Coronell. “Formulamos la pregunta: corta, al punto y donde sabíamos que le iba a doler. Así quedó: ‘Usted no es el presidente legítimo. Entonces, ¿cómo le llamo? Para ellos usted es un dictador’”.
Ramos conocía la respuesta. Llevaba años denunciando a la dictadura en Venezuela desde Miami. Lo que no se entendía era por qué un dictador que no suele dar entrevistas, había aceptado sentarse media hora frente a Ramos.
Por un lado, era una cuestión de contexto. Para febrero de 2019, la oposición venezolana no había reconocido la legitimidad de las elecciones del 2018 y Juan Guaidó había sido proclamado presidente interino del país como titular de la Asamblea Nacional. Cincuenta países del mundo reconocían a Guaidó como el líder legítimo de Venezuela. Maduro tenía que hacer una limpieza de imagen y salió a hablar con prensa extranjera.
Pero de nuevo, habiendo tantos periodistas de tendencias de izquierda en el mundo, que podrían haber sido más benevolentes con Maduro, ¿por qué Jorge Ramos?
“Los hombres fuertes no hablan (…) si tienen algo que comunicar basta con utilizar los medios de comunicación al servicio del Estado -y todos los demás que tienen bajo su control- para enviar el mensaje, sin críticas y sin nadie que lo cuestione. Pero en el fondo ellos saben que les falta algo: la credibilidad. Y la única manera de que sus comunicaciones sean creíbles es si hablan a través de un medio independiente y con un periodista crítico o, al menos, neutral”, indica el autor.
En aquellos días Ramos había sido noticia porque fue echado de una rueda de prensa en la Casa Blanca después de una larga pregunta en la que le decía al entonces presidente Donald Trump que su política era anti-latina. Ramos cree que el entorno de Maduro debió pensar que “si no era partidario de Trump, entonces tenía que ser amigo de la Venezuela bolivariana”.
Trump tiene su sección aparte en el libro. Ramos da su punto de vista acerca de la situación en Venezuela y dice que la política de Trump fue “hipócrita y mentirosa”, pues “hizo creer a los venezolanos que la famosa frase ‘todas las opciones están sobre la mesa’ significaba que Estados Unidos pensaba en una intervención armada en su país, cuando no tenía ningún plan”. Ramos deja en claro en el libro que cree que Estados Unidos no debería ingresar en Venezuela.
Hacia el final del libro, Ramos cuenta otra entrevista que realizó que de alguna manera da respuesta a esa pregunta inicial que le hizo a Maduro en el fallido encuentro. En marzo de 2019, de regreso en Miami, el mexicano entrevistó vía Skype a Juan Guaidó. Decidió comenzar preguntándole también cómo lo llamaba ya que la dictadura insistía que Guaidó se había autoproclamado presidente.
“‘Presidente encargado de Venezuela por mandato constitucional’, me dijo. Y luego me dio la explicación. El artículo 233 de la constitución dice que cuando se produzca la falta absoluta del presidente (…) se encargará de la presidencia de la República el presidente de la Asamblea Nacional. La presidencia de Venezuela quedó oficialmente vacía después del monumental fraude electoral de Maduro en mayo del 2018 y su usurpación del poder en enero del 2019”, explica Ramos.
“17 minutos con el dictador” es el catorceavo libro que publica el periodista Jorge Ramos quien ha cumplido 35 años en la cadena televisiva Univisión.