El abogado Andrés Wilfredo Urtecho, contó la mañana de este miércoles en varios medios de comunicación sobre el siniestro domingo que marcó un antes y después en su vida y la de su familia.
El abogado de 68 años dijo que su esposa estaba desarmada cuando fue atacada a balazos en su casa en la colonia Lomas del Mayab, en Tegucigalpa, y que tampoco se opuso a lo que aparentemente parecía ser un asalto a la vivienda.
“Cuando ella abre la puerta el delincuente saca la pistola, ahí mismo la hubiera matado, pero no la mataron porque entraron a la casa. Yo estaba viendo todo por la cámara, la llevaron al cuarto mío para que se escondiera y cerrara la puerta, cuando salgo al pasillo con la pistola en la mano les hice como once disparos, cuando ya iba a dispararle al individuo, el arma se me enconchó y en eso sube otro delincuente y tienen a mi esposa enfrente apuntándole a la cabeza, mi esposa volteó la cara hacia mí y en eso le dispararon en la sien izquierda”, contó Urtecho.
El abogado recuerda también como sintió dos de los 12 disparos que asegura que le hicieron, uno rozó su brazo izquierdo y el otro en su pierna, pero cree que los delincuentes no continuaron disparándole porque lo vieron con el arma en la mano.
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¿Asalto o algo planificado?
Para el abogado Urtecho, con basto conocimiento sobre cómo operan las estructuras criminales, lo que pasó en su casa no fue una casualidad, pues el cuestionó “¿Cómo ellos (los atacantes) sabían que en su casa había personas con COVID-19?”
“Esa información solo la podría saber gente de la casa, donde estaban tres trabajadores, una sobrina, mi esposa, mi hijo y su esposa”, declaró el abogado.
Al mismo tiempo, Urtecho declaró que le pidió a la ex diputada que se fuera de la casa, pues ella no estaba contagiada, sin embargo, ella no quiso abandonarlo, sino que se quedó para atenderlo.
“El crimen contra mi esposa fue planificado, no fue un asalto, se la llevaron a un cuarto privado y le dispararon en la sien, la mató un profesional y fue una muerte sin sentido”, señaló Urtecho, sin entender si el ataque iba dirigido a él, a su esposa o a ambos.
El jurista mencionó que no habían recibido amenazas de nadie, por lo que no sabe de dónde pudo provenir el ataque. Por lo que mencionó que su esposa si había recibido un intento de soborno para que abandonara su candidatura como diputada.
“Mi esposa no tenía enemigos, por ello se consideraba que la diputación de La Mosquitia iba a ser de un liberal, a mi esposa le mandaron a ofrecer diez millones de lempiras para que dejara la diputación y ahí se quedó el tema porque ella decía que no se vendía y que su pueblo la ocupaba, pero no me atrevo a decir que el asesinato de mi esposa sea un tema político, no me atrevo”, expresó Urtecho.
El ahora viudo dijo que hacía saber acerca de esta situación para que sean las autoridades de la DPI, las encargadas de capturar y esclarecer el crimen que ha dejado consternado al país.
Por último, el abogado lamentó no poder estar en el entierro de su esposa, quien fue llevada a la comunidad de Cauquira, en La Mosquitia, donde muchos pobladores la recibieron entre lágrimas y aplausos, pues declaran que durante su gestión en el Congreso Nacional logró importantes proyectos para ese sector.
