Mientras nuestro país nos implora sembrar árboles para darnos oxígeno y mejorar las condiciones climáticas, el Instituto de Conservación Forestal (ICF) cuyo director es Mario Martínez, ha autorizado a tres aserraderos para que de forma “legal” y dañina puedan talar árboles, haciendo un daño irreparable a la flora y fauna de nuestro país, y por si fuera poco, áreas protegidas de Honduras.
Autorización de aserraderos, construcción de carreteras ilegales, autorización de maquinaria pesada para cortar árboles entre otros, sin importarles que cada hondureño tiene el derecho de respirar aire puro y fresco el cual nos lo regalan los árboles.
¿Dónde se van deforestar las empresas con el visto bueno del ICF? Dejando claro, que, con el permiso otorgado por Martínez, es imposible poder decomisar el producto, asegurar las maquinarias ni parar la tala de estos árboles; lo que es un claro atropello a la naturaleza de nuestro país.