“Con esfuerzo, dedicación y disciplina se puede alcanzar aquello que parece imposible” – Ana García-
Para disfrutar dicha beca, García, debía hacer un sacrificio más, puesto que la OEA no cubría con gastos de pasajes aéreos, seguro médico y repatriación fúnebre. Nada más les daba a los estudiantes un aporte de 1200 dólares, una vez que el alumno cumpliera tres meses de estadía aproximadamente.
Mientras estudiaba, fue una emprendedora, vendía accesorios, maquillaje y zapatos, logrando acumular cierto dinero, pero no el necesario para cubrir los gastos que exigía dicho viaje, por lo que tomó el consejo de su madre.
“Mi mamá me sugirió plantar maíz, así lo hice, plante el maíz y justo cuando la milpa estaba para cosechar yo necesitaba el dinero para cubrir todos estos gastos, en esos días justamente llegó un productor amigo de mi papá a comprarme la milpa, cuando algo es de parte de Dios las puertas se van abriendo, pude ver cómo Dios movía las piezas y entender que él nos bendice, pero tenemos que poner de nuestra parte, nada cae del cielo”, dijo Ana García.
Luego de tanta dedicación y el fuerte anhelo de querer mejorar su vida, García, pudo recolectar el total del dinero que se necesitaba para su viaje y de su papá, quien la acompañó para asegurarse que todo estuviera en orden.
“Fue así como pude pagar gastos de papeleo requerido, seguro médico, pasaje de avión, hospedaje. El pasaje de mi papá fue por cuenta de él, me sentí muy satisfecha de que esos gastos corrieran por mi cuenta y no por mis papás, amo poder ser una ayuda para ellos”.
Cabe destacar que, la olanchana creció en una familia grande, siendo la mayor de seis hermanos, cinco mujeres y un varón, de padres luchadores, trabajadores del campo, quienes junto a sus abuelos son su motor de vida.
De igual manera mencionó que, “Vengo de una familia muy humilde, temerosa de Dios, unos padres muy luchadores, mi papá se dedica a la ganadería y mi mamá es enfermera pero debido a que somos muchos hijos ella no pudo trabajar de manera permanente, solo brinda sus servicios en la aldea”.
García destacó que, su mayor deseo es ser un ejemplo para sus hermanos menores e inspirar a las personas para trabajar día adía por lo que se quiere.
“Me gusta inspirar a otras personas para que puedan entender que no siempre se necesita estar arriba para seguir triunfando, que con esfuerzo, dedicación y disciplina se puede alcanzar aquello que parece imposible. Si desafiamos nuestra propia capacidad, podemos ver como las cosas se van dando”, relató.