A diferencia de la tradición política hondureña, Papi tampoco realiza ceremonias para inaugurar las obras construidas durante su administración. Como presidente, adelanta, será igual.
Papi también conduce su propio vehículo en las giras políticas, sin importar lo extenuante que puede ser que el viernes esté en Santa Rosa de Copán; el sábado en tres municipios de Lempira; y el domingo por la mañana en Intibucá, por la tarde en Comayagua, para finalmente regresar de noche a su casa.
El ritmo como alcalde y candidato es agotador, pero eso no lo detiene. “Es que no es nada nuevo para mí. La única fórmula que conozco es trabajo, trabajo y más trabajo. Sólo así se pude salir adelante”, dice.
A sus cinco ejes de propuesta de gobierno (trabajo, salud, infraestructura, transparencia y educación), Papi agrega un gobierno “sin colores con los 298 alcaldes del país”.
“Vamos a trabajar con las 298 alcaldías del país, llevarles los ingresos, los instrumentos y la gran fuerza para hacer los cambios desde allá adentro hacia afuera. Generaremos trabajo. Eso es lo que le interesa a la gente. Será un gobierno para todos”.