Israel avanza a un ritmo veloz en el camino de vacunar a toda su población contra el COVID-19. Hasta el momento unas dos millones de personas, el 20% de sus residentes, ya recibieron la primera dosis de la vacuna en menos de tres semanas. ¿Cómo pudo Israel establecer un mecanismo de vacunación tan eficiente? ¿Por qué recibió millones de dosis cuando países como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido o Francia, no solo no recibieron tantas, sino que ni siquiera logran aprovechar al máximo los lotes recibidos?
Durante el fin de semana se dio a conocer la información de que, como parte del acuerdo entre Pfizer e Israel, a cambio de las millones de dosis de vacunas, el estado proporcionará al laboratorio acceso a numerosas bases médicas de datos con información sobre las personas que reciben la vacuna. Israel, en efecto, acordó funcionar como un laboratorio de experimentación global, y los hallazgos sobre su público se utilizarán para determinar estrategias de vacunación en otros países y ayudar a la compañía a avanzar en la investigación de vacunas contra el coronavirus y otros medicamentos y tratamientos.