En la eucaristía de la Natividad oficiada desde la Basílica de Suyapa, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, expresó que la celebración del nacimiento de Jesús no es un hecho meramente histórico, sino mucho más, «es Dios que viene a nuestro encuentro y nos recibe a todos en una condición humana frágil y limitada».
El jerarca religioso enfatizó que el nacimiento de Jesús asume la condición de un niño pequeño. En el principio ya existía el Verbo y el Verbo era Dios, como cita las sagradas escrituras en el evangelio de San Juan.
El Cardenal pronunció que en el principio del Verbo existía el amor del cual surge todo y el gran designio de Dios llamado la vida.
«En navidad celebramos la vida de Dios en cada uno de los seres humanos. Lo primero que debemos pensar hoy, es que estamos sumergidos en un océano inmenso de amor que nos rodea por todas partes», manifestó el purpurado.
Citó que en el Libro de San Juan Apóstol, «el Verbo era la luz verdadera. Cristo es la luz interior que alumbra la oscuridad de nuestro corazón con la claridad de su amor, porque es más fuerte que cualquier de las tinieblas».
Señaló que Dios no puede encontrar casa donde domina el hambre, la violencia, la guerra, la mentira, el odio y la injusticia. Un mundo que perpetúa esos males, no recibe a Dios, por eso es la fiesta de la navidad y de la alegría y no simplemente del desvelo y de la resaca.
«Dios no asumió una humanidad abstracta, se hizo una persona histórica en Jesús de Nazareth quien personalmente conoció la sed, el hambre, la soledad, la traición, las lágrimas por la muerte de un amigo, la alegría por la amistad, las tentaciones y el horror a la muerte», reseñó la máxima autoridad de la Iglesia Católica de Honduras.
Añadió que, » Jesús Dios asumió muestra fragilidad y la impotencia de la condición humana, esto es profundamente liberador, por tanto, tenemos que asumir con madurez nuestras debilidades».
“Toda la tierra ha visto al Salvador”, recordaba el estribillo del salmo responsorial, líneas que se convierten en una noticia de esperanza en el inicio de esta navidad y en el fin de un año marcado por escenarios irregulares en el Estado hondureño», dijo.
Por consiguiente, “En navidad celebramos la vida de Dios en nosotros, en cada uno de los seres humanos”, mencionaba el arzobispo capitalino.