"Es mucho mejor que las otras bananas", declaró tras probar el primer bocado. "Está realmente muy buena", añadió con énfasis.
La obra existe en tres ejemplares y está concebida para cuestionar la noción del arte y su valor. Desde su primera exhibición en 2019 en Miami, genera un enorme debate.
El propietario recibe un certificado de autenticidad e instrucciones para sustituir el plátano cuando este empieza a descomponerse.
Como recuerdo del evento, cada uno de los asistentes recibió un rollo de cinta adhesiva y una banana.