Hoy se celebra el “Día del Soldado” en conmemoración al General José Francisco Morazán Quezada, nacido el 3 de octubre de 1792 en Tegucigalpa, Honduras, un hombre de política local y enlistado como voluntario para luchar contra la anexión de América Central por parte de México.
Cabe mencionar, que Francisco Morazán es el único ciudadano del país que tiene un día festivo que lleva su nombre y es por ello que el Gobierno otorga una semana de vacaciones para incentivar el turismo y honrar sus logros.
La victoria de la batalla del 11 de noviembre de 1827, de un pequeño ejercito en Nicaragua, lo llevó a convertirse en presidente de la República Federal de Centroamérica.
Morazán, soñó con una Centroamérica unida, una nación grande y progresista, por la que luchó arduamente, promulgó las reformas liberales como: la educación, libertad de prensa y de religión, entre otras.
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Asimismo, limitó el poder de la iglesia católica con la cancelación del diezmo por parte del gobierno, sin dejar de mencionar que convirtió los conventos en escuelas y hospitales para ayudar a su pueblo y educarlo.
Con todas las reformas que hizo, se ganó muchos enemigos poderosos y su periodo de gobierno estuvo marcado por fuertes batallas entre liberales y conservadores. En su última batalla, reunió 80 hombres contra 5 mil, luego de ser traicionado por un supuesto amigo, para poder ser apresado.
Con su muerte la República Federal se fracturó inmensamente, desde entonces el General Francisco Morazán, se convirtió en el prócer hondureño más homenajeado en los espacios públicos de las ciudades del país colocando estatuas o bustos de su rostro.
El General Francisco Morazán, es símbolo y ejemplo tomándolo como bandera de lucha por ideologías e instituciones, grupos guerrilleros de izquierda.