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Isabel Pantoja (63 años) está viviendo un auténtico infierno. A la preocupación por la debilitada salud de su madre, Doña Ana, se le suman sus problemas económicos. El coronavirus, como le ha sucedido al resto de españoles, ha cambiado los planos de la madre de Kiko Rivera.
Todos sus compromisos profesionales han sido aplazados por el coronavirus, entre ellos los conciertos que tuvieron previstos para los próximos meses. Una situación que está trayendo de cabeza a Isabel Pantoja, según la revista «Semana». La cantante, que además sufre insomnio, no cuenta con ingresos.
Según desvela la citada publicación, Isabel Pantoja tendrá que abonar el pago de una cuantiosa suma a Hacienda próximamente y sin vistas de su situación financiera mejorada. De hecho fue ella quien canceló algún compromiso cuando su madre estuvo ingresada en el hospital, pero su situación económica era bien distinta. Ahora las cosas se le han puesto muy difíciles y todavía no sabe cuándo podrán retomar sus conciertos y el resto de compromisos por la pandemia.
Confinada en Cantora
Isabel Pantoja se encuentra confinada en Cantora desde antes de que se decretase el estado de alarma. Tiene mucho miedo por su madre, de 88 años, por lo que ha tomado medidas muy drásticas para evitar el coronavirus. No permite que nadie entre en su casa. El pasado 3 de octubre, Doña Ana tuvo que ser ingresada de urgencia en el hospital de Jerez de la Frontera tras sufrir un par de ictus. Doña Ana lleva años recluida en Cantora, de donde venden con frecuencia para acudir al médico, y siendo víctimas de la enfermedad del olvido.
La cantante además no tiene a sus hijos cerca, a los que echa mucho de menos. Kiko Rivera se encuentra en su residencia de Sevilla junto a su mujer, Irene Rosales y sus hijos; mi Isa Pantoja está en El Puerto junto a su pequeño. Por si fuera poco, la situación económica del hijo de Isabel Pantoja tampoco es mucho mejor. A finales del pasado mes de abril reconocía que solo estaba ingresando 700 euros de la ayuda para autónomos. «Tenía un verano estupendo de trabajo y nos iba a permitir empezar a tener un colchón para mis hijas, comprarnos una casa … Pero ha llegado así», reconoció en una entrevista.