Gilberto Benítez, director de la escuela José Castro López, ha lanzado una alarmante advertencia sobre la creciente influencia de las maras y pandillas en los centros educativos del norte de Honduras. Según Benítez, estos grupos se están disputando el control de las instituciones con el fin de distribuir drogas entre los estudiantes.
En declaraciones preocupantes, Benítez lamentó el descuido de algunos padres de familia, sugiriendo que algunos podrían incluso estar involucrados en estas actividades delictivas. Además, explicó que los grupos están organizados de manera que incluso algunos alumnos podrían formar parte de ellos.
Los profesores, según expuso Benítez, se sienten desprotegidos ante esta situación. Señaló que al llamar la atención a un alumno, son convocados a audiencias de descargo de manera inmediata, lo que refleja la falta de apoyo y seguridad en las escuelas.
En áreas como la Rivera Hernández, el abandono de las aulas es evidente, con muchos estudiantes optando por tomar clases desde casa o, incluso, abandonando la educación por completo. Benítez destacó que los grupos criminales buscan expandir sus territorios para la venta de drogas, incluso utilizando a los alumnos como transportadores involuntarios.
La situación es aún más alarmante cuando algunos alumnos revelan ser utilizados para transportar drogas en sus mochilas sin su conocimiento. Estas revelaciones ponen de manifiesto la urgencia de abordar este problema y proteger a los estudiantes y profesores de la creciente influencia del crimen organizado en el sistema educativo del país.