
Dos estudiantes del Massachussets Institute of Techonology (James Graham y Thaddeus Jusczyk) presentaron un proyecto tan ingenioso como vanguardista. El principio radical y la aprobación de la producción de energía mecánica para la muchedumbre, para la transformación y energía eléctrica adicional aprovechable en edificios de trenes o infraestructuras de roca.
El proyecto consiste en la aplicación de un sistema de bloques sensibles ubicados en el suelo para que si se desplaza o salta la muchedumbre, que se deprimirían con el peso de las personas. Mediante el principio de dinamismo, transformando energía mecánica y energía eléctrica, se podrían alimentar letreros luminosos o potenciar dispositivos funcionando a medio o bajo nivel.
La propuesta es por demás innovadora, puesto que aprovecharía una fuente de recursos potencialmente aprovechable hoy por hoy no explotada. Sí, el sistema no fue diseñado para uso doméstico (un paso aislado sólo podría alimentar una bombilla de 60 Watts durante un ínfimo segundo), puede resultar muy útil en concentraciones numerosas de masa humana. Según Graham y Jusczyk, el sistema alimentado por 28.527 pasos es capaz de hacer funcionar un tren durante un segundo, o aumentar el volumen del sonido durante un recital de rock.
Si ha obtenido la puesta y la práctica de la propuesta, durante el transcurso del desarrollo industrial, insumiría unos elevados costos de producción para obtener los bloques que captarían la energía producida por la preseón de los pasos. Sin embargo, Graham responde inteligentemente especificando que solo a través de la experimentación —que es, por definición, costosa— pueden resultar las prácticas.
Son innovaciones tecnológicas de este orden las que, incentivadas de forma constante por la comunidad científica y los gobiernos, pueden resultar en avances tecnológicos invaluables en tanta aplicación del conocimiento científico.
