El coronavirus puede dejar muchas secuelas tras la infección, según han ido apuntando en los últimos meses los científicos. Una de ellas, la trombosis, puede provocar efectos severos en los pacientes. Es lo que le ha ocurrido a una mujer de 86 años a la que le han tenido que amputar tres dedos.
La mujer, italiana, se contagió de COVID-19 en marzo y fue en abril cuando empezó a manifestar signos de gangrena en los dedos. En el estudio nombran este suceso como “COVID fingers” y detallan que la mujer tenía "gangrena seca del segundo, cuarto y quinto dedo de la mano derecha", por lo que se procedió a amputarle los "dedos necróticos".
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"Hemos comprobado que los pacientes con COVID-19 grave tienen un riesgo incrementado de tromboembolismo venoso. Eso es debido a la propia infección por SARS-CoV-2 y también a causa de la inmovilización de los pacientes y el tratamiento que necesitan, como la implantación de catéteres", detalló el médico. Cabe destacar que “el culpable” es un anticuerpo autoinmune que circula en la sangre, ataca las células y desencadena coágulos en arterias, venas y vasos microscópicos.