Ricardo Álvarez quien fungió como exdesignado presidencial durante el segundo periodo del expresidente Juan Orlando Hernández, fue mencionado por narcotraficantes como parte de los sobornos que tuvieron que desembolsar para evitar la extradición a Estados Unidos.
Ante dichas acusaciones, Álvarez salió al paso y negó categóricamente tener vinculaciones con redes criminales a través de un comunicado, en donde se puso a disposición de las autoridades de justicia hondureña para indagar en sus cuentas personales y comprobar el origen de sus bienes.