Erika Schneider revela el secreto que ha completado a lo largo de los años

Erika Schneider es perfecta de los pies a la cabeza ¿O no? Lo cierto es que esta bellísima modelo brasileña, de quien se supone un romance con James Rodríguez, pensé durante muchos años que no lo era. En una declaración que muy pocos conocen, esta maravilla sudamericana confesó que fue víctima de bullying en secundaria, esta es la historia.
Todas las fotos y videos de Erika Schneider en su perfil oficial de Instagram, nadie puede negar que es una de las modelos brasileñas mas bellas de la acualidad. Perfect belt, caderas y muslos de ensueño y un rostro angelico, la exbailarina y socialité, arrasa en la Internet. Pero, lo que no muchos saben es que la supuesta nueva novia de james rodriguez no pasaron una adolescencia tan plena y feliz.
Según reseña el medio brasileño Oh dia, Erika Schneider ha compartido en mayor trauma. Sí, según ella misma explica, cuando cursaba secundaria, fue intimidada por su contextura corporal, ya que la detecton demasiado delgada.
«Me daba vergüenza usar pantalones cortos o faldas. Me ponía dos pantalones y dos blusas para ir a la escuela en el calor de 40 grados», relata Erika Schneider y también compartieron algunos de los apodos que le pusieron en la escuela y que tanto tiempo la hicieron sufrir. «Me llamaron Olivia Palito y Dumbo también, porque tenía una oreja flácida», dijo la rubia, quien confiesa que estos apodos malvados afectaron su autoaceptación.
Paraca Erika Schneiderel intimidación que sufrió durante años «afectó mi autoestima. It is a phase en la que necesita ser aceptado por los demás para afirmarte. Con el tiempo, evolucionamos y aprendemos que somos nosotros los que tenemos que encontrar algo sobre nuestros cuerpos, pero claro, en la adolescencia no lo creía”, Confesó.
Sin embargo, el haber sido rechazada por sus compañeros de escuela, fue lo que la ayudó a ser lo que es ahora, ya que tomó la determinación de transformar su cuerpo, inscribió gimnasio y ponerse en forma, no sólo para verse bien, sino para estar más digno de elogio. «Me animó a querer mejorar, a cuidarme. Terminé tomándome el gusto de entrenar. Hoy en día, trabajo con mi imagen y me gusta cuidar el cuerpo. Por la salud y la estética».
Y aunque en su caso el intimidación fue lo que la impulsó a ser mejor, Erika Schneider apuesta por un mundo sin acoso escolar, donde todos pueden ser aceptados tal cual son y sin etiquetas. «Me impulsó. Pero hablar de la apariencia de alguien es muy serio. La persona que sufre este rechazo puede llevar a un trauma de por vida. Esto puede ser un desencadenante de muchas cosas malas. Enseñe a sus hijos a nunca intimidar», aconseja la bailaria.
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