Exesposo de Marlene Alvarenga acusa al gobierno de promover el aborto y agenda LGBTQ+ através de préstámos

Rubén Santos, exesposo de la excandidata presidencial del PAC y abogada Marlene Alvarenga, lanzó una contundente crítica al gobierno hondureño a través de su cuenta de Facebook, cuestionando el reciente préstamo aprobado por el Congreso Nacional con la Corporación Andina de Fomento (CAF), por un monto que supera los 190 millones de dólares.

Santos centró su inconformidad en la asignación de 80 millones de dólares (aproximadamente 2,080 millones de lempiras) destinados a programas orientados a la «igualdad de género e inclusión social», los cuales, según él, promueven una “agenda lésbico-gay y abortista”, alejándose de los valores culturales y cristianos de gran parte de la población hondureña.

“El gobierno endeuda a Honduras con 2,080 millones de lempiras para destruir nuestra cultura y la familia al financiar la agenda lésbico-gay y el aborto”, escribió en su publicación.

Santos aclaró que no está en contra de la comunidad LGBT y defendió el respeto individual, pero rechazó que el Estado utilice fondos públicos para financiar estas iniciativas. “Cada quien hace con su cuerpo lo que quiere, después rendiremos cuentas al Creador, pero el Estado no me puede obligar a pagar un préstamo para llevar a cabo estas agendas”, expresó.

Asimismo, criticó el silencio en torno a la aprobación de este préstamo, señalando que el tema ha pasado desapercibido en la opinión pública. “El pueblo cristiano que amamos a Jesucristo tiene que estar informado de esto”, afirmó.

También hizo hincapié en que, mientras 40 millones de dólares serán destinados a la producción agrícola, especialmente el café, el doble de esa cantidad será para programas de inclusión que, según él, encubren una agenda ideológica progresista.

“Igualdad de género no es lo mismo que igualdad de sexos. Esa es la trampa de la izquierda progresista para infiltrar nuevas ideologías”, añadió.

Finalmente, Santos lamentó que este tipo de préstamos no solo impliquen una carga económica para las futuras generaciones, calculando que, con los intereses, el monto total a pagar alcanzará los 2,287 millones de lempiras, sino también un riesgo espiritual y cultural. “Estamos dejando endeudados a nuestros hijos y heredándoles una gran maldición territorial”, concluyó.

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