Hace algunos años, un “clásico” jugado entre Motagua y Real España, generaba demasiada expectativa, tanto, que los estadios estaban siempre con una buena entrada de público independientemente los precios de las taquillas, pero lo triste es que hoy en día, los estadios están cada vez más vacíos debido a la delincuencia que ha habido en los últimos años, en especial en este tipo de partidos.
A pocos minutos del encuentro, se veía un Estadio Olímpico demasiado vacío con apenas uno que otro aficionado en las gradas donde más bien parecería un duelo de entrenamiento debido a la poquísima afluencia de gente para este espectáculo, y es que a pesar de los anillos de seguridad que impone la Policía Nacional, nunca son suficientes, y siempre se arman zafarranchos que ponen la vida de los espectadores en riesgo.
Por falta de planificación, garantías de seguridad, los aficionados no quieren más asistir a los estadios y poco a poco los amantes a este hermoso deporte dejan de ir a los estadios poniendo su vida primero que cualquier pasión futbolística.
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Esto claro es lamentable, pero más lamentable aún que los involucrados, o sea, la Liga Nacional, las juntas directivas de los equipos que son parte de, no hagan nada al respecto y sólo se dediquen a publicar los precios de las taquillas cada semana, como si sólo eso les importara.
Cada semana son más los heridos o las familias que quedan enlutadas por parte de vándalos que se hacen pasar por aficionados, por ejemplo la pequeña joven de apenas 14 años, Keiry Gricel García, quien asistió con su padre a un clásico entre Real España y Marathón que ocasionó un tiroteo donde la pequeña perdió la luz de su vida para siempre.
Esperemos las autoridades y los equipos realmente por una vez por todas se hagan cargo de estas cosas y comiencen a actuar y vean la seguridad de los aficionados primero que el dinero que se reciben en las taquillas que de por si, se paga para ver espectáculos aburridos y bochornosos.