Este Barça es sólo para creyentes. Cada partido del equipo de Koeman se convierte desde la alineación al desenlace en una cuestión de fe inquebrantable. Es un conjunto de rachas que es capaz de ilusionar, deprimir, ser víctima de sus propios errores y volver a ilusionar. Ante el Alavés pasó por todos estos estados y acabó felizmente en un momento clave de la temporada. El 5-1 al Alavés es un resultado estupendo que vuelve a ilusionar a las puertas de la Champions.
Por mucho que Koeman no mentara al París Saint-Germain en la previa, quedó claro en el inicio del duelo que el Barça tenía muy presente el partido de Champions del martes. Y por doble motivo, además. De entrada, por la alineación de Koerman, que dio descanso a Jordi Alba, Dembélé y Pedri y reservó a Umtiti y a Dest. En consecuencia, Ilaix apareció en el centro del campo debutando en Primera junto a Riqui. Dos cadetes a las órdenes de Busquets mientras que Trincāo conseguía su primera titularidad en LaLiga.