En silla de ruedas, con oxígeno y encadenada
Gypsy Rose creció entre las paredes de las consultas médicas, aunque nunca estuvo realmente enferma, cuando tenía 8 años, su madre la forzó a fingir que sufría de leucemia, distrofia muscular y deficiencias visuales, auditivas y convulsiones, Gypsy e movía por el mundo en silla de ruedas, usaba oxígeno y a veces era alimentada a través de un tubo nutricional y vivían de ayudas sociales otorgadas por el gobierno de Estados Unidos que además cubría los gastos de las citas médicas de Gypsy Rose.
El asesinato y condena
Siendo ya adulta, Gypsy Rose conoció a un chico a través de una aplicación de citas para personas cristianas. Lo hizo a escondidas de su madre, quien para ese momento ejercía un enorme control sobre ella.
El hombre era Godejohn, quien vivía en Big Bend, Wisconsin, durante dos años se comunicaron a través de internet y establecieron una relación y estaban enamorados.
En 2015, los jóvenes decidieron que querían conocerse en persona, por lo que coordinaron encontrarse en una visita al cine, en la que querían que Dee Dee conociera a Godejohn y aprobara la relación, pero esto no sucedió. Por el contrario, la madre de Gypsy Rose se opuso. Fue entonces cuando planificaron el crimen.
Ese mismo año, cuando Dee Dee llevó a su hija a una cita médica, Godejohn viajó a Misuri. Allí esperó la señal de la joven, quien le permitió entrar en la casa familiar cuando la madre estaba dormida.
Le dio un cuchillo, cinta adhesiva y guantes. Mientras Godejohn asesinaba a su madre, Gypsy Rose esperó en el baño. Luego del crimen ambos se escaparon, pero fueron detenidos días después en Wisconsin.
Durante el juicio contra su ya exnovio, ella aceptó que lo convenció de cometer el crimen, “quería liberarme de su control sobre mí, y lo convenci” dijo Gypsy.