Honduras se encuentra en estado de vigilancia ante el creciente consumo de fentanilo, una peligrosa droga sintética que amenaza con convertirse en un problema crítico para el país.
El fentanilo es un potente opioide sintético, 100 veces más poderoso que la morfina, que ha ganado notoriedad en todo el mundo.
Esta sustancia, conocida como la "droga zombie", tiene la capacidad de dejar a las personas abatidas, prácticamente sin control sobre su cuerpo.
En los últimos meses, su uso compulsivo ha aumentado significativamente, incluso provocando la muerte de miles de personas, un fenómeno que se ha observado con mayor frecuencia en países como Estados Unidos y Canadá, donde el último informe mundial de 2023 de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) destaca que "el fentanilo ha alterado drásticamente el mercado de opiáceos con consecuencias catastróficas".
En Honduras, la preocupación radica en el presupuesto limitado destinado a la creación de clínicas de rehabilitación y en la alarmante tendencia de aumento en su consumo en los últimos meses.
Ante este escenario, expertos en el campo de la salud y la prevención de adicciones hacen un llamado urgente a la implementación de una campaña nacional de prevención.
Es el caso de la directora del Instituto Hondureño para la Prevención del Alcoholismo, Drogadicción y Farmacodependencia (IHADFA), la Sra. Fedra Nadime Thiebaud Garay, ha expresado su preocupación sobre la circulación de productos relacionados con el fentanilo, como dulces de goma y cigarrillos electrónicos, que se adquieren en ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula.
En este contexto, la Sra. Thiebaud Garay ha instado a las autoridades aduaneras a investigar rigurosamente cómo estos productos han ingresado al país, considerando que la marihuana es ilegal en Honduras.
"Esto es interesante porque no sabemos cómo está ingresando este producto que fácilmente puede llegar a los niños y jóvenes si se venden como dulces", señaló la funcionaria.
Además, subrayó que existen diversas formas de introducir estas drogas al mercado y que los grupos antisociales buscan involucrar a los jóvenes tanto en su consumo como en su distribución.
El llamado es claro: los padres de familia deben mantenerse atentos a las actividades de sus hijos, especialmente ante la circulación de productos que son accesibles y atractivos para los jóvenes.
La prevención es fundamental para proteger a la juventud hondureña de los riesgos asociados con el fentanilo y otras sustancias peligrosas.
Honduras se encuentra en una encrucijada crucial en la lucha contra el fentanilo, y es responsabilidad de todos, desde el gobierno hasta la sociedad civil, unirse en la prevención y la educación para enfrentar esta amenaza creciente.