En un informe estremecedor divulgado hoy en Tegucigalpa, se revela que al menos 24 defensores de derechos humanos, valientes guardianes de la tierra y el ambiente, fueron brutalmente asesinados en 2023 en Honduras.
Este país, ya conocido como uno de los más peligrosos para aquellos que defienden estas causas vitales, se tiñe una vez más con la sangre de quienes luchan por la justicia.
El informe, titulado “Honduras: No hay protección para DDHH”, emitido por la Asociación para una Ciudadanía Participativa (ACI Participa), arroja cifras alarmantes.
Diez de estos horrendos crímenes tuvieron lugar en la comunidad de Guapinol, departamento de Colón, mientras que otros ocurrieron en diferentes regiones del país, desde Atlántida hasta El Paraíso.
Edme Castro, directora de ACI Participa, no pudo ocultar su preocupación ante esta escalada de violencia contra los defensores de los derechos humanos en Honduras.
En sus palabras, la situación se ha estancado e incluso ha retrocedido, dejando a los activistas en una situación de indefensión. La falta de importancia otorgada a los derechos humanos y la persistente impunidad contribuyen a este sombrío panorama.
La lucha por la tierra y el ambiente se vuelve aún más peligrosa en Honduras, donde la voracidad de los intereses comerciales despiadados arrasa con aquellos que se interponen en su camino.
La falta de cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, así como la presencia de estructuras criminales arraigadas en las instituciones del Estado, perpetúan esta tragedia.
ACI Participa hace un llamado urgente al Estado hondureño para garantizar el derecho a la consulta previa, libre e informada a las comunidades, así como para adoptar los Acuerdos de Escazú.