Como resultado presentó una de sus obras más impactantes cuyo eje central lo forma una cabeza decapitada de San Juan Bautista, una escultura ejecutada por el imaginero Jonathan Alonso-Niño y que representa un retrato del propio Baños.
En el desarrollo de esta obra participaron microbiólogos y bacteriólogos de hospitales y de la Universidad de Granada, responsables de recolectar y analizar las muestras de saliva de diferentes individuos.