Tras exponer en galerías y museos de Londres, París, Tokio o Ámsterdam, sus trabajos que emplean como soporte residuos protagonizan ahora una exposición en Barcelona y prepara otra en Málaga para 2025.
El malagueño pasa muchas horas entre estas paredes. Todo está plagado de viejos cartones, recogidos de la calle ya sucios y rotos, que él mima como si fueran oro.