El humor no cesa en toda la película. Lo qué pasa, es que estas risas arrancan teñidas de un tono rosa al inicio del filme, pero cada vez se tornan más crudas y oscuras: te enfrentan a frivolidades y dolores, así como toman parte en pro del empoderamiento y de las convicciones.
(El pedazo dónde menciona a la Barbie depresiva que se pasa horas perdiendo su tiempo en Instagram: todos lo hemos sido). El humor entonces es un recurso crítico en la película de la Barbie.
Entonces, la aparente trivialidad convocada en torno a la película termina siendo una jugada brillante por parte de su directora, quien empieza a dibujar una crítica al sistema de no reflexión que usualmente el cine de ‘blockbusters’ impone a la masa (valiente estudio Warner Bros).