Los transportistas dieron un ultimátum al Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT), para solventar la deuda que este ente estatal tiene con ellos, que según Wilmer Cálix, dirigente del rubro, rondaría a los L.1,200 millones de lempiras, pero entre todas las protestas, ninguno de los transportistas habla de las irregularidades que comete este sector con los usuarios.
Muchos de los dirigentes del transporte casi en su mayoría, lo único que les interesa es cobrar los subsidios adeudados y aprovecharse de cualquier situación para incrementar el precio del pasaje a los usuarios, quienes son los que al final sufren los trancazos que dan, pero ninguno habla de las mejoras a este sector.
A diario, decenas de personas son despojadas de sus pertenencias en las unidades de transporte que, a pesar de recibir millones, no piensan en contratar seguridad para estas unidades y esperan que el Gobierno resuelva ese problema también, donde muchos de los mismos conductores y cobradores de estas unidades, se confabulan con los asaltantes para quitarles lo que tanto les ha costado.
Otro de los problemas que tiene el sector transporte es la bioseguridad para combatir el Covid 19; cuando el Gobierno mantenía un toque de queda para “erradicar” esta enfermedad, los transportistas “juraron” que mantendrían todas las medidas de bioseguridad, algo que han incumplido desde su retorno.
Se había acordado no llevar pasajeros de pie en las unidades y en estas lo que se ve a diario es “un pasajero encima de otro” donde a pesar que no quepa un alma, ellos llevan desmedida cantidad de personas sin importarles la salud de los demás, sin contar que ellos no portan mascarilla o la tienen mal puesta y los botes de gel para manos que prometieron tendrían en cada unidad, están llenos de telarañas ya que nunca los pusieron.
Es inaceptable que los transportistas estén exigiendo subsidios cuando en el rubro del taxi colectivo, se acordó solo se llevarían tres pasajeros, e ilegalmente le subieron cinco lempiras al pasaje, por ahí comenzaron, y luego aprovechándose, ilegalmente dejaron esa tarifa e incluyeron nuevamente al cuarto pasajero, sin medidas de bioseguridad, sin distanciamiento y con un cobro ilegal en el pasaje.
Aún así, los transportistas siguen pensando solamente en sus beneficios sin importarles lo que las personas tengan que pasar.