Muchos escriben acerca de la vida, y si, tienen razón, es efímera, más de lo que nosotros creemos, un día estamos celebrando con nuestros amigos en el carnaval de Tegucigalpa en la tarima de Ultra FM, y al otro escribiendo acerca de su fallecimiento.
Muchas veces nos despedimos de nuestros amigos de la manera más injusta, sin saber que podría ser que en unos segundos pueden dejar de existir en nuestras vidas, como es el caso de nuestro amigo Gabriel Herrera Fúnez, a quienes sus amigos conocíamos como “Gabo”, o Gerald de ¡Oye Arnold! Como le decía yo, quien por última vez pude despedirme de él sin saber que sería la última.
Aquellos momentos en la Tic Tac, o las mañanas cuando compartía con Allan Paul Carranza y Dj Dexter y sus demás compañeros en la XY, ya no serán igual, o los momentos en los que complacía música al instante con mucha pasión por las mañanas al lado de Alejandro Cerrato con quien compartieron muchas anécdotas juntos, o con Ángel Amador, Anthony Caballero, Nilson Panameño, Ricardo Stout o Adriana Flores.
Un 26 de marzo, nuestro amigo se levantaba muy alegre como de costumbre sin saber lo que ese día le tenía destinado, sin saber el porqué, nuestro amigo acudió al Hospital Escuela Universitario, donde tuvo la suerte de ser ingresado, pero no corrió la misma suerte estando dentro del hospital, donde como pasa con muchos, fue un poco olvidado por el personal de ahí.
Gabo luchó por su vida, le diagnosticaron que lo que tenía era Mielofibrosis, lo que significa Cáncer en la medula ósea, la cual debía ser trasplantada para que pudiera seguir con vida; antes de comenzar sus quimioterapias, se le aplicaron mal unos medicamentos, los que produjeron que se le reventaran lo que uno llama vulgarmente como vasitos en los ojos causándole graves daños.
Tuve la oportunidad de hablar con él antes de fallecer, ya no hablaba mucho, su padre sirvió de “traductor”; moretes en su cuerpo, inmovilidad, debilidad a causa de su proceso de quimioterapia, y unos ojos dañados y tristes, eso se pudo observar hasta que la mañana del 29 de abril exactamente a las 1:40 a.m. se acabó la esperanza de vida de nuestro amigo Gabo, quien luego de sufrir y luchar por su vida, ahora descansa a los pies del señor.
Las chicas se derretían por su voz, se volvían locas y llamaban muchas veces sin razón alguna solamente para escuchar a Gabo, y muchos de sus colegas de radio lo respetaban y admiraban por su forma de tomar con autoridad el micrófono.
Gabo siempre dijo que su sueño era ser locutor de radio, hasta que pudo cumplirlo, y lo hizo con pasión, ahora estoy seguro que narra los momentos más bonitos de su vida al lado de Dios, a quien seguramente le está mostrando la forma en la que pudo poner a trabajar la voz que él mismo le dio
Da lástima ver un joven alegre y lleno de vida, que dada la poca atención médica y la irresponsabilidad de lo poco que se pudo asistir, terminaron acabando con la vida de un joven que lo único que hacía es perseguir sus sueños. ¡Hasta siempre amigo Gabo!