La reciente captura de un miembro activo de la banda criminal “Los Margaros” por parte de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) ha reavivado un debate en redes sociales: ¿por qué algunos hondureños que emigran en busca de una mejor vida terminan cayendo en el crimen, incluso tras ser deportados?
El detenido, quien había residido en Houston, Texas, y era miembro de la pandilla Southwest Cholos (SWC-13), regresó al país hace siete meses en calidad de deportado. Lejos de aprovechar una segunda oportunidad para reintegrarse a la sociedad, se sumó a otra estructura delictiva en Honduras.
Este caso no es aislado. En los últimos meses, Estados Unidos ha intensificado la deportación de hondureños vinculados a actividades ilícitas, una situación que genera preocupación entre la ciudadanía. En redes sociales, internautas han lamentado que muchos compatriotas, en lugar de buscar una vida honrada, vuelvan a sus raíces criminales, representando un peligro para la seguridad del país.